jueves, 14 de junio de 2012

Verdaderos clásicos

Desde que soy ciclista urbano no he podido menos que empezar a fijarme con algo más de detalle en el resto de bicicletas con las que me cruzo en mis desplazamientos diarios.
Por supuesto, la variedad de marcas y modelos que recorren las calles de Barcelona es amplísima, aunque siempre con el rojo y blanco del bicing como claro dominador. Sin embargo, sí que hay algunos modelos de bicicleta que se ven con mayor frecuencia que otros. Y uno de esos grupos es el que más llama mi atención. No son ni mucho menos las más frecuentes, pero sí lo suficiente como para que me haya fijado en que se ven muchas más de las que yo jamás habría pensado: las BH de paseo.

Se trata de bicicletas con una antigüedad importante (a mí me compraron una con una medida de rueda algo más pequeña en el año 1975 y que cambié por una Bicicross BH en 1984) que dominaron la escena ciclista en este país durante los años 70 y 80. Luego ya llegaron otros modelos como la Bicicross, la California y demás bicicletas tipo BMX y, después, la revolución de las BTT. Pero, hasta entonces, yo creo que casi cualquier niño o adolescente que iba en bicicleta, lo hacía en una de estas o un modelo similar de otra marca.
Hoy en día tienen un aspecto un tanto peculiar, alejadas de las medidas habituales de las bicicletas modernas (el modelo típico llevaba ruedas de 20" y el que yo tenia diría que eran de 16",  semejante a mi Brompton), aunque, en realidad, con unas dimensiones y diseño similares a las de muchas bicicletas plegables actuales. De hecho, algunas de estas también lo eran (la mía), aunque, por lo que recuerdo, no estaban pensadas para llevar a cabo esa operación con demasiada frecuencia.
Lo que me sorprende es la cantidad de ellas que aún existen y, sobretodo, lo bien conservadas que suelen estar las que me encuentro. ¿Donde habrán estado guardadas?
Cuando veo una por la calle me asalta cierta nostalgia y, sobretodo, una considerable admiración por la persona que la lleva por haberla conservado todo este tiempo y por seguir utilizándola pese a no ser tan eficaz y sofisticada como las bicicletas actuales y es que, la mayor parte de las veces, la gente a la que veo con bicis de estas da la sensación de que va o viene del trabajo y utiliza esa bicicleta como su medio de transporte habitual. Llevar una bicicleta que puede tener sus buenos 25 o 30 años y se conserva perfectamente funcional creo que representa en buena parte el paradigma del espíritu ciclista. No es necesario disponer de la bici más moderna o fashion para desplazarse de forma habitual. Y menos en una ciudad como Barcelona, donde una bici atada en la calle puede desaparecer con una rapidez inaudita. Aunque, eso sí, creo que me disgustaría bastante más que me robaran una de estas por vieja que sea, que muchas otras bicicletas más modernas. Lo que decía: Nostalgia.

1 comentario:

  1. ¡Uf! la BH. Andeandará mi preciosa BH roja, con sus neumáticos blancos... ¡y de las que no eran plegables ¿eh?!
    ¡¡Buaaaaaaaaaaa!!

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