Brooks hace 2 modelos de puños: los Plump (el modelo habitual que la gente suele poner en las Brompton, compuesto por anillas de piel que pueden añadirse o eliminarse a voluntad para ajustar su longitud) y los Slender, formados por un cilindro de aluminio sobre el que se envuelve cinta de cuero al estilo de los manillares de ciclista. Estos últimos tienen una estética mucho más estilizada pero, a diferencia de lo que ocurre con el modelo Plump, no son de longitud regulable. Miden unos 13,5cms y eso los hace excesivamente largos para una Brompton con el manillar tipo M si no quieres modificar en exceso la disposición del resto de elementos (manetas de freno, cambio y timbre) de este. Una opción era cortar los puños y adaptar su longitud al ancho exacto disponible en el manillar. La operación es factible, tal y como se describe en este blog. Pero el resultado no acababa de convencerme. Aunque no se nota en ningún caso el apaño, hace algún tiempo vi una Brompton con esta solución y me parece que quedan excesivamente pequeños.
La otra opción es cambiar las manetas de freno originales de Brompton por unas que tengan la base más estrecha (prácticamente cualquier modelo del mercado) y así ganar algo de espacio adicional en el manillar que me permita poner los puños sin tener que cortarlos.
Aunque la potencia de frenado de la Brompton es suficiente para todas las situaciones que me encuentro en el día a día, siempre me ha parecido que los frenos son el componente de la Brompton en el que se nota una mayor diferencia (a peor) respecto de lo que yo estaba acostumbrado a utilizar (frenos de disco hidráulicos) en mi BTT. Si bien la potencia de frenado es bastante correcta, el tacto de las manetas originales nunca me ha gustado demasiado. Por lo que esta ha sido la excusa perfecta para cambiarlas por unas algo mejores.
Así pues, el otro día cambié las manetas de serie por unas Shimano BL-R550 negras (inicialmente especulé con poner unas Paul Cantilever, pero su precio desmesurado me ha hecho pensármelo mejor) y los puños de espuma originales por unos Brooks Slender marrones.
El cambio de los puños no tiene ningún secreto. Lo único a tener en cuenta es que los puños de espuma están encolados al manillar, por lo que la forma más limpia (y eficaz) para sacarlos es utilizar una jeringuilla e introducir un poco de alcohol entre el puño y la barra del manillar que nos ayude a diluir el pegamento.
Después de limpiar el tubo del manillar de los restos de pegamento, lo siguiente es desmontar las manetas de freno originales. Esto es algo más complicado, ya que no es posible desmontar las manetas originales sin antes sacar también los cables de los frenos. El proceso no es difícil, aunque si tienes una buena explicación a mano, mucho mejor. Y para eso, nada como el vídeo que se curraron los amigos de esmibici.com y que, con su permiso, os adjunto. (¡Gracias, Emic!) Además, las manetas de freno son exactamente las mismas que en el vídeo.
Una vez hemos terminado de montar las manetas todavía faltaría un poco de espacio en el manillar para poder encajar completamente los puños. De nuevo tenemos la opción de cortar el tubo de aluminio de los puños (ahora el recorte ya no sería excesivo), pero el espacio que falta no es demasiado y basta con desplazar un poco al interior (un centímetro, aproximadamente) el mando del cambio y el timbre para ganar el espacio extra necesario y poder encajar todo el conjunto sin que afecte demasiado a la facilidad de uso de los mandos; sobretodo del cambio.
Para colocar los puños Brooks no hay que pegarlos; basta con deslizarlos en el manillar y, una vez en la posición correcta, apretar unos tornillos muy pequeñitos que llevan en los extremos. Por cierto, no hay que sufrir por disponer del destornillador adecuado. La gente de Brooks es muy detallista y en el paquete con los puños viene una punta de destornillador de la medida necesaria.
Y, terminada la obra, aquí puede verse el resultado final:
El cambio estético es espectacular. Los nuevos puños no pasan desapercibidos y, en cuanto a comodidad, no he notado ningún cambio respecto a los que llevaba (que en ese aspecto ya me parecían bien). Está claro que no son tan cómodos como unos Ergon, pero tampoco creo que necesite puños anatómicos para recorridos urbanos. Como ya me habían comentado previamente, los frenos no han cambiado demasiado. La bici frena correctamente; igual que antes, vamos. Pero sí que es cierto que el tacto de las manetas Shimano es bastante mejor que el de las originales Brompton. Se notan más robustas y precisas. Aunque debo admitir que, si no fuera por el cambio de los puños, seguramente habría dejado las manetas de serie por bastante tiempo.
En cualquier caso, ahí quedan los cambios.
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