viernes, 14 de diciembre de 2012

16" contra 26"

Ahora que ya hago el trayecto completo tanto de ida como de vuelta en bicicleta, y aprovechando que el otro día tenía que ir a un evento en el centro de convenciones que hay en el Fòrum y allí no puedo llevar la Brompton, decidí llevarme la MTB de mi mujer (que sí puedo dejar atada en la calle sin demasiado temor a que desaparezca) y así comparar experiencias con ambas bicis. Así pues, por la mañana me hice el recorrido tradicional Badalona - Zona Universitària con la MTB y por la tarde me fui con ella hacia el Fòrum.
Como, al fin y al cabo, el recorrido de ida era el mismo de cada día, me sirvió para comparar si el hecho de cambiar la Brompton por una bici de ruedas grandes y muchas más combinaciones de desarrollo supone alguna diferencia evidente en el rendimiento. No buscaba ver si era posible ir más deprisa con una o con otra. Solo saber si, manteniendo el grado de esfuerzo habitual, iba a notar una diferencia significativa en el tiempo de recorrido. Al fin y al cabo, pese a que la sensación es que con la Brompton de 3 marchas se va bastante rápido, parece lógico pensar que ese tamaño de rueda tan minúsculo penalice un poco su rendimiento.
El recorrido a comparar es sencillo: 15 kms en total saliendo desde Badalona (por la costa) hacia el Fòrum y desde allí subiendo por Diagonal hasta Zona Universitària. Con la Brompton tardo habitualmente 1h 10min yendo a un ritmo tranquilo que me permite llegar al trabajo sin sufrir por aparecer bañado en sudor.
Cual sería mi sorpresa al llegar al trabajo, bajarme de la MTB, mirar el reloj y comprobar que había tardado exactamente... 1h 10min. De hecho, algo más. Ya que tuve que perder un par de minutos para dejar la bici correctamente asegurada en el aparcamiento.
Así pues, no hay diferencia entre ir con uno u otro tipo de bici por el hecho de que las ruedas sean mucho más grandes. Es evidente que con la MTB podría ir más rápido si quisiera. La Brompton solo tiene 3 marchas, que dan poco juego si el recorrido es exigente, y en cambio, en la MTB es más fácil adaptar el desarrollo a las necesidades del momento. Pero, en este caso, no buscaba rendimiento. Solo mantener un nivel de esfuerzo razonable durante todo el recorrido y, por lo que parece, en ambos casos acaba traduciéndose en similar velocidad media.
Eso sí, a cada una, sus ventajas: la maniobrabilidad de la Brompton y su sistema de anclaje de la bolsa no tienen rival. La postura de conducción también es algo más relajada en la Brompton. En cambio, los baches y pequeños saltos de bordillos se llevan mucho mejor en la MTB y sus 3 platos y 7 piñones ofrecen una flexibilidad mucho mayor si llega el caso. Aunque lo mejor, en este caso, era el hecho de poder dejar esa bici atada en la calle si era necesario. Y en eso no tiene que ver el tamaño de rueda. Solo el precio.


martes, 11 de diciembre de 2012

Cerrando el círculo

En Septiembre del año pasado comencé a utilizar la Brompton para ir a trabajar. Durante los primeros meses solo hacía el recorrido de vuelta en bici, mientras que el de ida lo hacía íntegramente en metro (salvo los desplazamientos de casa al metro y del metro al trabajo que eran también en bici).
A mediados del mes de febrero pasé a realizar la mitad del trayecto de ida también en metro (desde Passeig de Gràcia a Zona Universitària). Y así había continuado durante todo este tiempo hasta que, hace 3 semanas, me atreví a dar el paso definitivo y hacer el recorrido de ida también completamente en bicicleta.
El primer día la cosa fue un poco a modo de experimento: aprovechando una de esas jornadas de huelga de metro y para evitar las aglomeraciones, me decidí a probarlo y así determinar de una vez si era capaz de llegar al trabajo en unas condiciones aceptables (es decir, llevando un ritmo de marcha suave) y, pese a ello, sin tardar demasiado.
Normalmente el viaje de vuelta lo hago entre 55mins y 1 hora y en mi primer intento para el recorrido de ida tardé una hora y cuarto, aunque dando un par de rodeos en busca de la ruta ideal. Desde entonces continuo realizando el recorrido íntegro en bici cada día y, una vez ajustado el itinerario, tardo sistemáticamente 1h 10min en hacer los 15Kms, lo que me parece bastante razonable.
Así pues, por ahora he dejado completamente abandonado el metro y he comenzado a olvidar qué es eso de comprar una T-10, aunque sea cada 2 semanas. De todas formas, sospecho que en los meses de verano seguramente volveré a combinar ambos tipos de transporte. Aunque nunca se sabe; al fin y al cabo, hace un año ni por asomo sospechaba que iba a acabar haciendo 30kms diarios en bici.