En los meses que llevo con esta experiencia ciclista, la meteorología ha sido muy benévola. Este invierno ha habido algunos días de bastante frío, sí. Pero apenas ha llovido. Eso está bien, porque contribuye a que adquieras el hábito de salir a diario con la bici sin demasiado esfuerzo. Pero sabes que un día u otro acabará por llover y yo todavía no había podido hacerme una conclusión definitiva sobre el comportamiento de la Brompton en estas condiciones, ni sobre cómo iba a afectar la lluvia a la bici como mi medio de transporte diario.
Hasta estas últimas semanas, claro. Finalmente las lluvias han llegado y me han permitido comprobar (y aprender) varias cosas:
La primera y más importante: la lluvia no constituye un impedimento para ir en bici. Por supuesto, hablamos de condiciones asumibles. No se trata de pretender circular bajo el diluvio universal ni de ponerse innecesariamente en peligro. Pero la verdad es que no hay demasiado problema en circular con algo de lluvia o el suelo mojado si llevas la ropa adecuada..
Por otra parte, la versatilidad de la Brompton nuevamente se pone de manifiesto en estas circunstancias: Salir con la bici y, si la cosa se pone fea, tener la tranquilidad de que puedes plegarla y coger el metro es toda una garantía. Seguramente, de no haber tenido una plegable, estos últimos días la bici se hubiera quedado en casa la mayor parte del tiempo. Sin embargo, durante este último "temporal" no he fallado ni un solo día a mi cita con las 2 ruedas.
Otra de las ventajas de una plegable en estas circunstancias es el hecho de que no dejas la bici en la calle y no queda a la intemperie sometida a los efectos de la lluvia. Gracias a eso cuando debes volver a cogerla está en mucho mejores condiciones.
Mejores, que no ideales. Porque lo que es indudable es que, con la lluvia la bici se ensucia infinitamente más que con clima seco. Si en condiciones normales puedo estar semanas sin limpiar ni engrasar la bicicleta, después de estos días de lluvia, solo por el hecho de circular por el piso húmedo y pasar sobre algún charco, es imprescindible limpiar la bici a fondo y volver a engrasarla. En dos días saliendo con agua he notado la desaparición total de la lubricación en la transmisión. Así que, queda claro que en época de lluvia hay que hacer mantenimiento con mucha mayor frecuencia.
También hay que tener cierto cuidado al plegarla. Sobretodo con las partes que quedan escondidas, como la tija del sillín. Después de circular con lluvia o suelo mojada seguramente tendrá algunas gotas de agua que es preferible secar antes de plegarla para evitar posibles manchas de óxido, sobretodo si crees que la bicicleta puede llegar a pasarse algunos días sin usar después del episodio de lluvia.
El sillín, en mi caso un Brooks, también puede verse afectado por el agua. Pero la funda impermeable que compré por 6 euros ha cumplido su cometido a la perfección y el Brooks sigue en perfectas condiciones.
Otra de las cuestiones que ha sido resuelta estos días es una de esas dudas que se nos plantea a casi todos los usuarios de Brompton a la hora de comprarla: ¿Dejo las cubiertas de serie o pongo unas Marathon? Yo llevo las de serie (las de la etiqueta verde) y en seco creo que cumplen perfectamente (al menos, en recorrido exclusivamente urbano). Tienen agarre suficiente y, por ahora, no he tenido ningún pinchazo. Mi duda era qué tal se comportarían en condiciones de menor adherencia. El primer día que salí lloviendo no tenía claro si tendrían agarre suficiente y he de reconocer que me lo tomé con cierto respeto. Pero ahora ya sé que en lluvia y con suelo mojado también se comportan con total dignidad. Seguramente, en un clima más inhóspito que el de Barcelona valga la pena poner unas Marathon, pero aquí y para un uso urbano, las cubiertas de serie (las verdes) cumplen perfectamente.
Muy bueno el artículo Marcos! Lo que comentas de las cubiertas es tal cual... las originales tienen un comportamiento más que correcto... de hecho, hace un mes que llevo unas Kojak y estas semanas que estuvo lloviendo pude probarlas con suelo mojado, también agarran bastante... de todas maneras con lluvia, siempre hay que extremar precausiones, frenar con suavidad y sobre todo, evitar superficies resbaladizas como aceras o las líneas blancas de los pasos de cebra.
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