Y sin novedad.
En estos últimos 1.000kms no ha sucedido nada relevante. Cambio de la pila del cuenta kilómetros y poca cosa más. La cubierta trasera por ahora va muy bien y cuando cambie la delantera también será por una Marathon. La delantera ya está cerca del final de su vida, pero todavía aguanta. A no ser que entre repentinamente en una espiral de pinchazos, creo que los 7.000Kms marcarán el momento del cambio. Y lo mismo para la cadena, que todavía aguanta sin cambiar, aunque ya le queda poco.
viernes, 22 de marzo de 2013
martes, 19 de marzo de 2013
Bujes relucientes
Esta mañana, parado en un semáforo en el carril bici de la Diagonal, no he podido dejar de fijarme en la bici que tenía a mi lado. ¿El motivo? Pues ni más, ni menos, que un pequeño artilugio que llevaba en la rueda trasera y que puede observarse en la foto: un trozo de cuerda atado al buje que, con el girar de la rueda lo va limpiando de forma constante manteniéndolo prácticamente impoluto.
Hacía la tira de años que no veía una bici con una cuerda de estas (y, por lo que se ve en la imagen, es perfectamente fiel al original, ya que la cuerda es una una mecha de mechero, de esas que usábamos de pequeños para encender los petardos) y no he podido evitar la tentación de hacer una foto disimuladamente.
Siempre me pregunté cual era el sentido concreto de ese invento. El buje va bastante limpio, sí. Pero en una semana la cuerda estaba que daba asco verla y el contraste con el resto de la bici (que, como en este caso, no solía estar ni por asomo tan limpia como el buje) solía ser más que llamativo. En cualquier caso, pensaba que había quedado desterrado para siempre de las costumbres ciclistas, pero veo que todavía hay quien permanece fiel al invento.
Hacía la tira de años que no veía una bici con una cuerda de estas (y, por lo que se ve en la imagen, es perfectamente fiel al original, ya que la cuerda es una una mecha de mechero, de esas que usábamos de pequeños para encender los petardos) y no he podido evitar la tentación de hacer una foto disimuladamente.
Siempre me pregunté cual era el sentido concreto de ese invento. El buje va bastante limpio, sí. Pero en una semana la cuerda estaba que daba asco verla y el contraste con el resto de la bici (que, como en este caso, no solía estar ni por asomo tan limpia como el buje) solía ser más que llamativo. En cualquier caso, pensaba que había quedado desterrado para siempre de las costumbres ciclistas, pero veo que todavía hay quien permanece fiel al invento.
martes, 12 de febrero de 2013
¿Y donde aparcas?
Hoy no he cogido la bici. Esta mañana tenía que ir a una reunión en el Passeig de Gràcia y prefería no llevar la Brompton porque no tenía ninguna relación previa con este cliente y no sabía qué efecto podía causar presentarse allí con una bicicleta plegable. Tampoco es un problema. Como ya he hecho en ocasiones similares en que preveo dificultades para entrar a algún sitio con la Brompton, pensaba llevarme la BTT de mi mujer y dejarla atada en la calle. Sin embargo, antes de salir de casa me ha dado por buscar la dirección exacta en Google Maps y, de paso, aprovechar el magnífico "Street View" para ubicar el aparcamiento de bicicletas más cercano y así no perder demasiado tiempo buscando donde dejarla.
Lo interesante del caso es que el tiempo lo he perdido buscando el aparcamiento en Google Maps. De hecho, no he sido capaz de encontrar ninguno en los alrededores de la zona a la que me dirigía. Y es algo que he corroborado visualmente una vez he llegado allí. No digo que no haya ningún aparcamiento en el Passeig de Gràcia. Seguro que alguno habrá. Pero lo que es evidente es que no abundan. Sí, estaciones del Bicing sí que hay. Pero lugares para dejar atada una bicicleta particular de forma legal, pocos tirando a ninguno. Supongo que ya cuadra con la ausencia total de carriles bici en una de las arterias más emblemáticas, céntricas y ¡anchas! de toda la ciudad.
Que sí, que si hubiera buscado seguramente hubiera encontrado un lugar en una travesía "relativamente cercana". Pero no he querido molestarme. Quizá pueda parecer una posición muy cómoda, pero es como si a alguien que habitualmente va en moto al centro le obligaras a aparcar a 3 manzanas del lugar al que en realidad se dirige. A ver qué te dice.
Lo que no deja de resultar curioso es que sí que existen estaciones de Bicing y, ya que piensas en instalarlas, ¿por qué no piensas también en aprovechar para instalar junto a ellas un aparcamiento para el resto de ciclistas? Siendo malpensado quizá es que no queda bien permitir que un puñado de bicicletas cutres estén aparcadas frente a la entrada de los comercios de altísimo standing que han colonizado Passeig de Gràcia.
En fin, tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, por un día he recuperado una vieja costumbre: la de leer mientras voy en el metro.
Lo interesante del caso es que el tiempo lo he perdido buscando el aparcamiento en Google Maps. De hecho, no he sido capaz de encontrar ninguno en los alrededores de la zona a la que me dirigía. Y es algo que he corroborado visualmente una vez he llegado allí. No digo que no haya ningún aparcamiento en el Passeig de Gràcia. Seguro que alguno habrá. Pero lo que es evidente es que no abundan. Sí, estaciones del Bicing sí que hay. Pero lugares para dejar atada una bicicleta particular de forma legal, pocos tirando a ninguno. Supongo que ya cuadra con la ausencia total de carriles bici en una de las arterias más emblemáticas, céntricas y ¡anchas! de toda la ciudad.
Que sí, que si hubiera buscado seguramente hubiera encontrado un lugar en una travesía "relativamente cercana". Pero no he querido molestarme. Quizá pueda parecer una posición muy cómoda, pero es como si a alguien que habitualmente va en moto al centro le obligaras a aparcar a 3 manzanas del lugar al que en realidad se dirige. A ver qué te dice.
Lo que no deja de resultar curioso es que sí que existen estaciones de Bicing y, ya que piensas en instalarlas, ¿por qué no piensas también en aprovechar para instalar junto a ellas un aparcamiento para el resto de ciclistas? Siendo malpensado quizá es que no queda bien permitir que un puñado de bicicletas cutres estén aparcadas frente a la entrada de los comercios de altísimo standing que han colonizado Passeig de Gràcia.
En fin, tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, por un día he recuperado una vieja costumbre: la de leer mientras voy en el metro.
lunes, 28 de enero de 2013
Cambiar la rueda no era tan fácil
Si ya decía yo que el cambio de la rueda trasera de la Brompton no era cosa trivial... El procedimiento en sí no es complicado, aunque sí que es laborioso (más de lo que suele ser cambiar una rueda en cualquier bicicleta) y tiene unos pasos muy marcados:
- Soltar la cadeneta del cambio trasero del cable del cambio,
- Desatornillar el extremo de la cadeneta que está insertado en el buje,
- Quitar la tuerca que sujeta el tensor de la cadena,
- Desmontar el tensor,
- Quitar las tuercas que sujetan la rueda,
- Soltar el freno trasero,
- Quitar la rueda.
Pese a la cantidad de tareas, no se trata de algo difícil. Basta con buscar algún vídeo en Youtube para darse cuenta de que bastan menos de 5 minutos para llevarlo a cabo. En teoría.
Porque, cuando el otro día me dispuse a cambiar la rueda, la sorpresa llegó justo en el primer paso. Al ir a soltar la cadeneta del cambio (la que se ve en la foto), descubrí que, tras casi 1 año y medio sin haberla tocado, la rosca estaba prácticamente soldada al cilindro y resultaba imposible de aflojar. Como no hay ninguna tuerca (solo un cilindro y el tornillo que se enrosca en él con un tope que también es cilíndrico), no es fácil usar una herramienta para hacer fuerza de manera apropiada. Y, además, también se corre el riesgo de forzar demasiado cable o cadeneta y partirlos...
Así pues, tuve que recurrir al 3 en 1 en abundancia para, en un segundo intento, y esta vez armado con unos alicates y un trapo, conseguir de una vez soltar la dichosa cadeneta.
Una vez logrado, seguir el resto de pasos es trivial y apenas lleva un par de minutos. Para soltar el freno trasero hay quien opta por quitar una de las zapatas. Yo prefiero destensar el cable, con lo que las zapatas quedan separadas y ya puede salir la rueda y, de paso, garantizo que seguirán bien alineadas cuando vuelva a montarlo todo. Por el cable no hay que sufrir. Simplemente hay que volver a ponerlo usando como referencia el lugar en el que tiene la marca que le deja la tuerca con la que lo tensamos.
Al ir a montar la nueva cubierta descubrí uno de los pocos lugares donde la gente de Brompton claramente ha escatimado en la calidad de los componentes: la llanta. Realmente, ni la llanta (de pared simple) ni el fondo de llanta que han usado, ofrecen la sensación de calidad que sí que se aprecia en el resto de la bicicleta. De hecho, creo que las llantas serán el próximo gran cambio que le haga a la bici, aunque estas todavía tienen que durar bastantes kilómetros.
En resumen: cambiarla no es difícil, pero sin duda alguna, jamás en mi vida había tardado tanto para cambiar un neumático de bicicleta. A partir de ahora me iré asegurando con cierta frecuencia de que el tornillo de marras puede enroscarse y desenroscarse con facilidad.
De todas formas, lo que también queda claro es que el procedimiento es suficientemente laborioso como para descartar el hacerlo en la calle si un día tienes un pinchazo. Por lo que, a no ser que vayas de ruta con la Brompton, en un uso mayoritariamente urbano, no tiene sentido llevar encima herramientas para hacer una reparación de este tipo. Ante una situación de ese tipo, plegas la bici, buscas una parada de metro o autobús, y ya lo arreglarás en casa.
En cuanto a diferencias entre las cubiertas, la Marathon es más estrecha que la Brompton y los flancos son más rígidos. El dibujo también es más profundo. Da la sensación de ser más "todo terreno", mientras que la Brompton parece más rodadora. Sin embargo, hoy que ya he estrenado la cubierta nueva, no he apreciado diferencia en la facilidad para rodar de una respecto de la otra. Como anoche llovió bastante y el suelo estaba bastante mojado, con mucho charco en una parte del trayecto, el recorrido de hoy me ha servido para apreciar que el agarre en mojado de la Marathon es mejor que el de las Brompton verdes. De todas formas, también estoy condicionado porque estas últimas semanas el rendimiento de la cubierta Brompton con lluvia ya era muy pobre debido al desgaste, así que no creo que todavía pueda emitir un juicio definitivo a favor de una o de otra.
Supongo que hasta que no haya cambiado ambas cubiertas no podré calibrar su rendimiento real de forma definitiva. Así y todo, la Marathon parece una una digna rival (sino superior) de la Brompton Kevlar y, sobretodo, mucho más barata.
- Soltar la cadeneta del cambio trasero del cable del cambio,
- Desatornillar el extremo de la cadeneta que está insertado en el buje,
- Quitar la tuerca que sujeta el tensor de la cadena,
- Desmontar el tensor,
- Quitar las tuercas que sujetan la rueda,
- Soltar el freno trasero,
- Quitar la rueda.
Pese a la cantidad de tareas, no se trata de algo difícil. Basta con buscar algún vídeo en Youtube para darse cuenta de que bastan menos de 5 minutos para llevarlo a cabo. En teoría.
Porque, cuando el otro día me dispuse a cambiar la rueda, la sorpresa llegó justo en el primer paso. Al ir a soltar la cadeneta del cambio (la que se ve en la foto), descubrí que, tras casi 1 año y medio sin haberla tocado, la rosca estaba prácticamente soldada al cilindro y resultaba imposible de aflojar. Como no hay ninguna tuerca (solo un cilindro y el tornillo que se enrosca en él con un tope que también es cilíndrico), no es fácil usar una herramienta para hacer fuerza de manera apropiada. Y, además, también se corre el riesgo de forzar demasiado cable o cadeneta y partirlos...
Así pues, tuve que recurrir al 3 en 1 en abundancia para, en un segundo intento, y esta vez armado con unos alicates y un trapo, conseguir de una vez soltar la dichosa cadeneta.
Una vez logrado, seguir el resto de pasos es trivial y apenas lleva un par de minutos. Para soltar el freno trasero hay quien opta por quitar una de las zapatas. Yo prefiero destensar el cable, con lo que las zapatas quedan separadas y ya puede salir la rueda y, de paso, garantizo que seguirán bien alineadas cuando vuelva a montarlo todo. Por el cable no hay que sufrir. Simplemente hay que volver a ponerlo usando como referencia el lugar en el que tiene la marca que le deja la tuerca con la que lo tensamos.
Al ir a montar la nueva cubierta descubrí uno de los pocos lugares donde la gente de Brompton claramente ha escatimado en la calidad de los componentes: la llanta. Realmente, ni la llanta (de pared simple) ni el fondo de llanta que han usado, ofrecen la sensación de calidad que sí que se aprecia en el resto de la bicicleta. De hecho, creo que las llantas serán el próximo gran cambio que le haga a la bici, aunque estas todavía tienen que durar bastantes kilómetros.
En resumen: cambiarla no es difícil, pero sin duda alguna, jamás en mi vida había tardado tanto para cambiar un neumático de bicicleta. A partir de ahora me iré asegurando con cierta frecuencia de que el tornillo de marras puede enroscarse y desenroscarse con facilidad.
De todas formas, lo que también queda claro es que el procedimiento es suficientemente laborioso como para descartar el hacerlo en la calle si un día tienes un pinchazo. Por lo que, a no ser que vayas de ruta con la Brompton, en un uso mayoritariamente urbano, no tiene sentido llevar encima herramientas para hacer una reparación de este tipo. Ante una situación de ese tipo, plegas la bici, buscas una parada de metro o autobús, y ya lo arreglarás en casa.
En cuanto a diferencias entre las cubiertas, la Marathon es más estrecha que la Brompton y los flancos son más rígidos. El dibujo también es más profundo. Da la sensación de ser más "todo terreno", mientras que la Brompton parece más rodadora. Sin embargo, hoy que ya he estrenado la cubierta nueva, no he apreciado diferencia en la facilidad para rodar de una respecto de la otra. Como anoche llovió bastante y el suelo estaba bastante mojado, con mucho charco en una parte del trayecto, el recorrido de hoy me ha servido para apreciar que el agarre en mojado de la Marathon es mejor que el de las Brompton verdes. De todas formas, también estoy condicionado porque estas últimas semanas el rendimiento de la cubierta Brompton con lluvia ya era muy pobre debido al desgaste, así que no creo que todavía pueda emitir un juicio definitivo a favor de una o de otra.
Supongo que hasta que no haya cambiado ambas cubiertas no podré calibrar su rendimiento real de forma definitiva. Así y todo, la Marathon parece una una digna rival (sino superior) de la Brompton Kevlar y, sobretodo, mucho más barata.
viernes, 18 de enero de 2013
5.000 Kms
Ya estamos en 5.000Kms. La cosa ha ido rápido desde los 4.000. Y hubiera ido más si no fuera por el parón navideño. En cualquier caso, se nota el aumento diario de kilometraje.
Finalmente he aguantado con las cubiertas durante estos meses, aunque ahora sí que he llegado a un punto en que el cambio de la trasera no admite demora. De hecho, ya la tengo comprada y pendiente de instalar cuando tenga un rato libre este fin de semana. Desmontar la rueda trasera de la Brompton no es evidente y mejor hacerlo con tiempo, sobretodo si es la primera vez.
Aunque las Brompton Kevlar me han dado muy buen resultado (no he pinchado ni una sola vez en todo este tiempo), he decidido cambiar de cubiertas y probar con las Schwalbe Marathon (las normales, no las plus). La gente de Cap Problema me convenció y la diferencia de precio con las Brompton Kevlar, aunque no sea el argumento definitivo, no es para tomarla a broma. ¡Las Brompton cuestan un 50% más que las Marathon!
La delantera aún no la cambio. Al ritmo de desgaste que lleva y, salvo reventón accidental o inicio de una racha preocupante de pinchazos, creo que llegaré fácilmente con ella a los 6.000 Kms y posiblemente más. Y para entonces tendré claro también si la Marathon atrás ha valido la pena.
Por lo que parece, los 5.000 ya es una cifra donde empieza a apreciarse el desgaste de los componentes. La cadena ya muestra signos de estiramiento y hay que ir pensando en cambiarla. Quizá aproveche para poner un cierre rápido en la nueva y así limpiarla con más facilidad.
Y como añadido, esta última semana el sensor del cuenta kilómetros ha empezado a fallar. Parece cosa de la pila, aunque tiene una duración estimada de 10.000kms y llevo solo la mitad. De todas formas, casi un año y medio usándose a diario me parece bastante aceptable.
En cualquier caso, como puede verse, nada grave. Todos los "ajustes" necesarios son debidos al desgaste lógico por el uso, por lo que seguimos dentro de la normalidad absoluta.
Finalmente he aguantado con las cubiertas durante estos meses, aunque ahora sí que he llegado a un punto en que el cambio de la trasera no admite demora. De hecho, ya la tengo comprada y pendiente de instalar cuando tenga un rato libre este fin de semana. Desmontar la rueda trasera de la Brompton no es evidente y mejor hacerlo con tiempo, sobretodo si es la primera vez.
Aunque las Brompton Kevlar me han dado muy buen resultado (no he pinchado ni una sola vez en todo este tiempo), he decidido cambiar de cubiertas y probar con las Schwalbe Marathon (las normales, no las plus). La gente de Cap Problema me convenció y la diferencia de precio con las Brompton Kevlar, aunque no sea el argumento definitivo, no es para tomarla a broma. ¡Las Brompton cuestan un 50% más que las Marathon!
La delantera aún no la cambio. Al ritmo de desgaste que lleva y, salvo reventón accidental o inicio de una racha preocupante de pinchazos, creo que llegaré fácilmente con ella a los 6.000 Kms y posiblemente más. Y para entonces tendré claro también si la Marathon atrás ha valido la pena.
Por lo que parece, los 5.000 ya es una cifra donde empieza a apreciarse el desgaste de los componentes. La cadena ya muestra signos de estiramiento y hay que ir pensando en cambiarla. Quizá aproveche para poner un cierre rápido en la nueva y así limpiarla con más facilidad.
Y como añadido, esta última semana el sensor del cuenta kilómetros ha empezado a fallar. Parece cosa de la pila, aunque tiene una duración estimada de 10.000kms y llevo solo la mitad. De todas formas, casi un año y medio usándose a diario me parece bastante aceptable.
En cualquier caso, como puede verse, nada grave. Todos los "ajustes" necesarios son debidos al desgaste lógico por el uso, por lo que seguimos dentro de la normalidad absoluta.
viernes, 14 de diciembre de 2012
16" contra 26"
Ahora que ya hago el trayecto completo tanto de ida como de vuelta en bicicleta, y aprovechando que el otro día tenía que ir a un evento en el centro de convenciones que hay en el Fòrum y allí no puedo llevar la Brompton, decidí llevarme la MTB de mi mujer (que sí puedo dejar atada en la calle sin demasiado temor a que desaparezca) y así comparar experiencias con ambas bicis. Así pues, por la mañana me hice el recorrido tradicional Badalona - Zona Universitària con la MTB y por la tarde me fui con ella hacia el Fòrum.
Como, al fin y al cabo, el recorrido de ida era el mismo de cada día, me sirvió para comparar si el hecho de cambiar la Brompton por una bici de ruedas grandes y muchas más combinaciones de desarrollo supone alguna diferencia evidente en el rendimiento. No buscaba ver si era posible ir más deprisa con una o con otra. Solo saber si, manteniendo el grado de esfuerzo habitual, iba a notar una diferencia significativa en el tiempo de recorrido. Al fin y al cabo, pese a que la sensación es que con la Brompton de 3 marchas se va bastante rápido, parece lógico pensar que ese tamaño de rueda tan minúsculo penalice un poco su rendimiento.
El recorrido a comparar es sencillo: 15 kms en total saliendo desde Badalona (por la costa) hacia el Fòrum y desde allí subiendo por Diagonal hasta Zona Universitària. Con la Brompton tardo habitualmente 1h 10min yendo a un ritmo tranquilo que me permite llegar al trabajo sin sufrir por aparecer bañado en sudor.
Cual sería mi sorpresa al llegar al trabajo, bajarme de la MTB, mirar el reloj y comprobar que había tardado exactamente... 1h 10min. De hecho, algo más. Ya que tuve que perder un par de minutos para dejar la bici correctamente asegurada en el aparcamiento.
Así pues, no hay diferencia entre ir con uno u otro tipo de bici por el hecho de que las ruedas sean mucho más grandes. Es evidente que con la MTB podría ir más rápido si quisiera. La Brompton solo tiene 3 marchas, que dan poco juego si el recorrido es exigente, y en cambio, en la MTB es más fácil adaptar el desarrollo a las necesidades del momento. Pero, en este caso, no buscaba rendimiento. Solo mantener un nivel de esfuerzo razonable durante todo el recorrido y, por lo que parece, en ambos casos acaba traduciéndose en similar velocidad media.
Eso sí, a cada una, sus ventajas: la maniobrabilidad de la Brompton y su sistema de anclaje de la bolsa no tienen rival. La postura de conducción también es algo más relajada en la Brompton. En cambio, los baches y pequeños saltos de bordillos se llevan mucho mejor en la MTB y sus 3 platos y 7 piñones ofrecen una flexibilidad mucho mayor si llega el caso. Aunque lo mejor, en este caso, era el hecho de poder dejar esa bici atada en la calle si era necesario. Y en eso no tiene que ver el tamaño de rueda. Solo el precio.
Como, al fin y al cabo, el recorrido de ida era el mismo de cada día, me sirvió para comparar si el hecho de cambiar la Brompton por una bici de ruedas grandes y muchas más combinaciones de desarrollo supone alguna diferencia evidente en el rendimiento. No buscaba ver si era posible ir más deprisa con una o con otra. Solo saber si, manteniendo el grado de esfuerzo habitual, iba a notar una diferencia significativa en el tiempo de recorrido. Al fin y al cabo, pese a que la sensación es que con la Brompton de 3 marchas se va bastante rápido, parece lógico pensar que ese tamaño de rueda tan minúsculo penalice un poco su rendimiento.
El recorrido a comparar es sencillo: 15 kms en total saliendo desde Badalona (por la costa) hacia el Fòrum y desde allí subiendo por Diagonal hasta Zona Universitària. Con la Brompton tardo habitualmente 1h 10min yendo a un ritmo tranquilo que me permite llegar al trabajo sin sufrir por aparecer bañado en sudor.
Cual sería mi sorpresa al llegar al trabajo, bajarme de la MTB, mirar el reloj y comprobar que había tardado exactamente... 1h 10min. De hecho, algo más. Ya que tuve que perder un par de minutos para dejar la bici correctamente asegurada en el aparcamiento.
Así pues, no hay diferencia entre ir con uno u otro tipo de bici por el hecho de que las ruedas sean mucho más grandes. Es evidente que con la MTB podría ir más rápido si quisiera. La Brompton solo tiene 3 marchas, que dan poco juego si el recorrido es exigente, y en cambio, en la MTB es más fácil adaptar el desarrollo a las necesidades del momento. Pero, en este caso, no buscaba rendimiento. Solo mantener un nivel de esfuerzo razonable durante todo el recorrido y, por lo que parece, en ambos casos acaba traduciéndose en similar velocidad media.
Eso sí, a cada una, sus ventajas: la maniobrabilidad de la Brompton y su sistema de anclaje de la bolsa no tienen rival. La postura de conducción también es algo más relajada en la Brompton. En cambio, los baches y pequeños saltos de bordillos se llevan mucho mejor en la MTB y sus 3 platos y 7 piñones ofrecen una flexibilidad mucho mayor si llega el caso. Aunque lo mejor, en este caso, era el hecho de poder dejar esa bici atada en la calle si era necesario. Y en eso no tiene que ver el tamaño de rueda. Solo el precio.
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martes, 11 de diciembre de 2012
Cerrando el círculo
En Septiembre del año pasado comencé a utilizar la Brompton para ir a trabajar. Durante los primeros meses solo hacía el recorrido de vuelta en bici, mientras que el de ida lo hacía íntegramente en metro (salvo los desplazamientos de casa al metro y del metro al trabajo que eran también en bici).
A mediados del mes de febrero pasé a realizar la mitad del trayecto de ida también en metro (desde Passeig de Gràcia a Zona Universitària). Y así había continuado durante todo este tiempo hasta que, hace 3 semanas, me atreví a dar el paso definitivo y hacer el recorrido de ida también completamente en bicicleta.
El primer día la cosa fue un poco a modo de experimento: aprovechando una de esas jornadas de huelga de metro y para evitar las aglomeraciones, me decidí a probarlo y así determinar de una vez si era capaz de llegar al trabajo en unas condiciones aceptables (es decir, llevando un ritmo de marcha suave) y, pese a ello, sin tardar demasiado.
Normalmente el viaje de vuelta lo hago entre 55mins y 1 hora y en mi primer intento para el recorrido de ida tardé una hora y cuarto, aunque dando un par de rodeos en busca de la ruta ideal. Desde entonces continuo realizando el recorrido íntegro en bici cada día y, una vez ajustado el itinerario, tardo sistemáticamente 1h 10min en hacer los 15Kms, lo que me parece bastante razonable.
Así pues, por ahora he dejado completamente abandonado el metro y he comenzado a olvidar qué es eso de comprar una T-10, aunque sea cada 2 semanas. De todas formas, sospecho que en los meses de verano seguramente volveré a combinar ambos tipos de transporte. Aunque nunca se sabe; al fin y al cabo, hace un año ni por asomo sospechaba que iba a acabar haciendo 30kms diarios en bici.
A mediados del mes de febrero pasé a realizar la mitad del trayecto de ida también en metro (desde Passeig de Gràcia a Zona Universitària). Y así había continuado durante todo este tiempo hasta que, hace 3 semanas, me atreví a dar el paso definitivo y hacer el recorrido de ida también completamente en bicicleta.
El primer día la cosa fue un poco a modo de experimento: aprovechando una de esas jornadas de huelga de metro y para evitar las aglomeraciones, me decidí a probarlo y así determinar de una vez si era capaz de llegar al trabajo en unas condiciones aceptables (es decir, llevando un ritmo de marcha suave) y, pese a ello, sin tardar demasiado.
Normalmente el viaje de vuelta lo hago entre 55mins y 1 hora y en mi primer intento para el recorrido de ida tardé una hora y cuarto, aunque dando un par de rodeos en busca de la ruta ideal. Desde entonces continuo realizando el recorrido íntegro en bici cada día y, una vez ajustado el itinerario, tardo sistemáticamente 1h 10min en hacer los 15Kms, lo que me parece bastante razonable.
Así pues, por ahora he dejado completamente abandonado el metro y he comenzado a olvidar qué es eso de comprar una T-10, aunque sea cada 2 semanas. De todas formas, sospecho que en los meses de verano seguramente volveré a combinar ambos tipos de transporte. Aunque nunca se sabe; al fin y al cabo, hace un año ni por asomo sospechaba que iba a acabar haciendo 30kms diarios en bici.
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