miércoles, 18 de abril de 2012

2000 Kms!

El primer artículo de este blog fué para conmemorar el hecho de haber llegado a los 1.000 kilómetros con la Brompton. Hoy he llegado a los 2.000. Había calculado que en un año llegaría más o menos a los 3.000 kilómetros. Dado que  el año se cumple a mediados de septiembre, parece que estoy en el buen camino para lograrlo. De todas formas, lo importante no es tanto superar o no esa cifra, sino la constatación de que la bici como medio de transporte parece que ha llegado para quedarse.

Pero, a lo que vamos, ¿qué ha ocurrido durante estos 2.000 Kms? ¿Averías, pinchazos, piezas rotas o cambiadas por desgaste? Pues, la verdad es que la historia es bastante aburrida. Salvo el cambio del sillín de serie por el Brooks, podríamos decir que no hay nada destacable.

¿Pinchazos? Ni uno solo en todo este tiempo y solo he tenido que hinchar las ruedas una vez, lo que refuerza mi tesis de un post anterior sobre la idoneidad de las cubiertas de serie Brompton (las de la etiqueta verde con kevlar) en una utilización exclusivamente urbana. Además, las cubiertas se encuentran todavía en perfecto estado y no se observa desgaste excesivo. Me pregunto cuántos kilómetros durarán antes de tener que cambiarlas, pero visto lo que llevo, creo que pueden llegar a los 4.000 sin excesivos problemas.

¿La transmisión? Una de las grandes sorpresas que me he llevado al dejar de ser un ciclista esporádico ha sido enterarme de que la cadena de la bici debe cambiarse cada cierto número de kilómetros debido a que, con el uso, va estirándose y pierde eficiencia a la vez que desgasta los piñones y el plato. En este caso, a los 2.000 Kms la cadena todavía no ha dado señales de estiramiento excesivo (según el medidor aún está lejos del 0.75, que es cuando se recomienda el cambio para que el estiramiento no afecte al resto de la transmisión). Imagino que el hecho de llevar una bici con cambio interno y un único piñón, así como el clima benévolo que hemos tenido estos meses (que ayuda a que se ensucie relativamente poco), contribuye a que dure algo más que en una bici con un cambio tradicional. Quizá dentro de un tiempo me plantee cambiar el aceite con Teflon por un lubricante a base de cera (el famoso Squirt) que están de moda, pero tampoco lo veo como algo excesivamente necesario ya que, salvo en los días de lluvia, la cadena no coge demasiada suciedad.

La pieza que ha sufrido un desgaste más evidente en estos meses y que en unos meses empezará a pedir un cambio es la empuñadura izquierda. Al plegar la bici y arrastrarla es fácil que esta empuñadura toque el suelo y poco a poco va desgastándose y perdiendo algún pequeño trozo de la espuma. No es grave, pero sé positivamente que acabaré cambiando los puños y posiblemente acabe poniendo unos Brooks a juego con el sillín.

Desgastes al margen, el único incidente destacable en estos 7 meses es que he perdido uno de los catadióptricos del pedal plegable. El "incidente" se produjo al tocar el suelo con el pedal cuando subía a una acera por una de esas rampas de acceso que ponen en los bordillos nuevos que era especialmente inclinada. Justo cuando el centro de la bici estaba llegando a la acera, el pedal izquierdo chocó con el suelo y el catadióptrico saltó por los aires debido al golpe. No he cambiado el pedal, pero otra vez me ha vuelto a ocurrir algo parecido y he visto a algún otro usuario de Brompton que también tocaba con el pedal en el suelo al subir una pequeña rampa de estas que hay en los bordillos de las aceras. Diría que los pedales de la Brompton quedan a la misma altura del suelo que en cualquier otra bici, por lo que creo que la sensación de que puedo tocar con el pedal al suelo en este tipo de rampas se debe a la batalla de esta bici, que debe ser mayor que en una bici tradicional (al fin y al cabo, con unas ruedas enanas acaba teniendo más o menos las mismas dimensiones que una bicicleta con ruedas de 26") y que, por ahora, es el único detalle que he encontrado en esta bicicleta con el que tener cuidado respecto a cuando circulo con la MTB.

Respecto al plegado, la bici se plega y desplega 6 veces diarias y en estos 7 meses no se aprecia ni una mínima holgura en parte alguna del mecanismo. Cuando la gente comenta las excelencias del sistema de plegado de esta bici, no es solo cuestión de lo compacta que queda o lo fácil que resulta. La fiabilidad del conjunto es realmente de impresión.

Conclusión: por ahora el mantenimiento necesario es casi nulo y la experiencia continúa siendo magnífica. Ahora, a ver qué nos deparan los próximos 1.000 kilómetros :-)


2 comentarios:

  1. suscribo la totalidad de tus comentarios. con la única excepción del hinchado de ruedas. en una bici de rueda pequeña la marcha se optimiza con las ruedas en un nivel de aire adecuado; en consecuencia cada dos meses me acerco a una gasolinera y las "soplo" un poquito. la mejora es similar a la que se nota cuando la limpias y engrasas en condiciones. parece que le nace un pequeño motor.

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  2. Es cierto que se nota una mejora muy evidente cuando hinchas las ruedas. La verdad es que a buen seguro debiera repasar la presión más a menudo, pero es una pura cuestión de pereza (y de que no hay ninguna gasolinera justo en mi ruta habitual). Así que solo las hincho cuando realmente noto que a la bici empieza a costarle rodar con fluidez. De todas formas, la verdad es que pierden poco aire.

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